miércoles, 20 de mayo de 2009

La Ciudad Feliz

FELICIDAD:

SATISFACCIÓN, AGRADO, BIENESTAR, COMODIDAD, ALEGRÍA, JÚBILO, PLACER, VENTURA, DICHA, GOCE, GUSTO, DELICIA, CONTENTO, EUFORIA, ÉXTASIS, PLACIDEZ, OPTIMISMO, ENCANTO, COMPLACENCIA, PROSPERIDAD, BIENESTAR, FORTUMA, SUERTE, BIENANDANZA, BIENAVENTURANZA, AUGE.
LA CIUDAD FELIZ

Situado en el entorno de alegres cordilleras, abundantes valles de feraz cosecha, ríos caudalosos y doradas playas, el pueblo aquel era feliz destino de turistas y filósofos, estudiosos estos últimos de la dichosa actitud de sus pocos habitantes, e incluso, de visitantes ocasionales, que cuando tenían la experiencia de haberle conocido, decidían en la mayoría de los casos, regresar a aquella tierra cuando se retirasen, para vivir allí sus últimas experiencias.

Sin ser dueño de grandes yacimientos de petróleo ni metales preciosos que le hicieran país acaudalado, sin gozar de una fuerza militar que resguardase su paz, sin grandes edificios ni autopistas, gozando el día a día de una paz sin fronteras en la amigable convivencia de seres de diferentes etnias y procedencias, bañado por la lluvia generosa que hace brotar las plantas y cosechas, refrescado por los vientos del Norte que acarician sus montes y collados, ese pueblo feliz, con la conciencia de ser destino predilecto de los seres de luz que predican amor, se desarrollaba lentamente, sin grandes prisas ni complejo alguno, como uno de los rincones más plácidos y amables del planeta.

Aunque un súbito ascenso en el ranking mundial de los países bellos y deseables, hizo en algún momento que aquella tierra fuese posible presa de envidias continentales, su situación económica, inferior a muchas evitó que tal persecución se diera. Lo que buscan los hombres ambiciosos es dinero y poder. No era el sitio, todavía, “Paraíso Fiscal” de los mafiosos, no valía la pena ocuparse de un asentamiento tan pequeño y pobre.

En su constante primavera eterna, bajo el azul celeste de un cielo transparente y generoso que la baña de luz, la patria pequeña cuyas murallas solamente formadas por montañas, la defendieron siempre de la artera invasión, continuaba siendo oasis para quitar agobios a los hombres sencillos que trabajan por ella, y buscan equidad.
Perdió muchas virtudes que hasta ayer la adornaban, entre sus pobladores hizo presa el discurso de otros grupos extraños que equivocan su rumbo, que dejaron su credo y también sus valores, su culto a la familia, a la patria y a Dios. Pero esa minoría no alcanzó a destacarse, y quedó sepultada, confundida en su error.

Esa ciudad pequeña, feliz y prodigiosa, con su sencilla vida de trabajo y de paz, ha sido resguardada por ángeles celestes, por una virgen negra, y un pueblo soñador.
Acechada a menudo por los grupos nefastos de oscuras vanidades, y fuerzas misteriosas que llegan desde lejos pretendiendo envolverla en trágico comercio de droga y perdición, en búsqueda afanosa de ese dinero fácil que ha conquistado al orbe enredando en sus lazos a pueblos y naciones, ha visto amenazada su muy preciada paz.

En oración constante pedimos al Señor que esta tierra pequeña conserve su caudal, la sencillez preclara de personas honestas y familias de paz. Que no se pierda nunca la gloriosa etiqueta, que lucimos airosos ante un mundo de horror, de la tierra pequeña, sin castillos ni minas, que luce la corona: de una “Ciudad Feliz”.

1 comentario:

Jose Ortiz dijo...

Hola Yaya, espero que sigas escribiendo cosas en el Blog... veo que ya tenes varios seguidores... TQM, Jose