lunes, 19 de abril de 2010

mis primeras poesías

RECOPILACIÓN DE MIS PRIMERAS POESÍAS
EL HOGAR EN QUE NACÍ
Yo nací en un hogar fuera de serie
Fuera de tiempo y fuera de costumbre
Mi padre ausente de actitud distante
Un hombre de gran mundo, resentido
Acarreando las penas de la infancia
Y la ausencia de amor que había tenido.
Y una mujer atenta y cariñosa
Que mantuvo el calor y la esperanza.
Amplios de mente y sin falsos pudores
Papá y mamá, personas de avanzada
No comprendieron nunca los prejuicios
De aquella sociedad tan atrasada.
Para las mentes fatuas fue locura
La forma de vivir de mis mayores
A menudo había música y guitarras
Que brotaban de todos los balcones.
Licor, declamación de poesía
Baile flamenco, castañuelas, danza
Aquella era reunión de algarabía
Que terminaba hasta la madrugada.
Luego papá regresaba a su montaña
Por unos pocos días, con gran premura.
A la rutina, al árbol, a la brisa
A encontrar otra vez la paz del alma
Y a reanudar el esfuerzo de su vida.
Otra vez ella y yo, solas y tristes Continuábamos siendo compañeras
Ella volcó en mi vida su dulzura, Me enseñó a ser feliz a su manera.
























Su vida y su ilusión, fue la montaña.
Fue caminante de todos los senderos
Volando al cielo como lo hace el ave
A los pies del creador, dejó sus miedos.





CASA DE MUJERES
Solo mujeres siempre, la casa de mujeres
La madre, la sirviente, la tía conflictiva
Y una niña pequeña, y siempre temerosa
Tratando en vano de comprender la vida.
Un mundo de mujeres,
De mujeres celosas, de mujeres heridas
Una mujer enferma que enfermaba los días
Y una mujer muy débil y muy comprometida
Para romper los lazos que arruinaron su vida.
Como un ave de paso y sólo por momentos
Aparecía el padre, fugaz y descontento
Quería en su hogar dulzura. Quería intimidad
Compartir con la esposa y la hija, nada más.
Perdida la esperanza de un nuevo comenzar
Se alejaba de nuevo, cada día más y más…
La niña desgranaba de noche su tristeza
Abrazada a su almohada se ponía a llorar.






















MISA DE PRIMER VIERNES
La enorme nave lúgubre, alumbrada con velas
Aquella gran Iglesia repleta a reventar
Misa de Primer viernes, de seis de la mañana
Todo el mundo en ayunas se apresta a Comulgar.
Te siento arrodillada a mi par, en la banca
Desgranando oraciones, enseñándome a orar
A orar con tus palabras, a cantar tus canciones
Guiando siempre mis pasos, enseñándome a andar.
El ayuno obligado, el frío de la mañana
El Cuadro de las Ánimas que está junto al Altar
El órgano severo, con sus acordes graves,
Todo eso me asustaba y me hacía desmayar.
Pero siempre a mi lado, en el reclinatorio
Las manos frías y bellas, prestas a consolar
Oh sombra bendecida de todos mis recuerdos
Oh sombra bienhechora, oh mi ángel tutelar!
Oh madre generosa de la entrega constante
Tu ausencia no es ausencia,
Porque en ningún momento
Te he llegado a olvidar.





EL REGRESO
Los trinos de esas aves en bandada
A mi memoria traen anhelos viejos
Un despuntar de tiernas alboradas
En la penumbra gris de mis recuerdos.

Una cinta volando en la tormenta
Un chispazo de luz fosforescente
Un rayo atravesando aquellas nubes
Las nubes negras que mi siguen siempre.

Tuve miedo al amor, amor adulto
Amor de los postreros años viejos
Tuve miedo de ser de nuevo presa
De la madeja oscura del deseo.

Dejé el nido perfecto de esos brazos
En los que se espantaban mis temores
La cálida tibieza del regazo
Que siempre perdonaba mis errores.

Y partí rauda cual si fuera fácil
Abandonar un nido bien amado
Y partí pretendiendo fortaleza
Sin tenerte conmigo, aquí, a mi lado.

Hoy he vuelto a buscarte, me haces falta
Deseo tenerte cerca, no te vayas
Necesito sentirte aquí de nuevo
Es dulce comprender que me extrañabas…
Es tan breve la vida, y es vacía
Si no tienes un alma que comparte
El temor, la desdicha o la alegría
En las postreras horas de la tarde.

EL ENGAÑO
Desilusión, dolor y desencanto
Un aletear de pájaros extraños
Sentirme prisionera en una trampa
Tejida por mis manos.
Crédula como niña adolescente
Me vi atrapada por mis propias redes
Sin contar la experiencia de una vida
¡Así somos de ingenuas las mujeres!
Me equivoqué creyendo que la vida
Podía recomenzar de otra manera
Cuando el camino fue ya recorrido
Y nunca volverá la primavera.
Como en caleidoscopio prodigioso
Miro pasar la vida que he vivido
Los seres tan cercanos que me amaron
Y el hogar que me fuera tan querido.
Hay un tibio descanso al recordar
La niñez tan lejana y diferente
Con aquel ángel que me enseñó a orar
Y me enseñó también a ser valiente.
Aquellos ojos verdes, transparentes
Semejantes al mar
Aquellas manos suaves y tan frías
Que me brindaban paz.
Llegó la juventud, tan alocada,
Mi pasión por la vida, la ilusión de bailar,
Los retos, los romances, los estudios
Y el miedo a fracasar.
Conocí al hombre bondadoso y puro
Que colmó mis anhelos más sentidos
Que me dio su respaldo y su ternura
Que fue mi amigo y compartió conmigo.
Floreció nuestro jardín con seis capullos
Que dieron forma a todos mis anhelos
Seis motivos de todos mis orgullos
Y seis motivos para mis desvelos.
Pero el tiempo pasó, llegó el invierno
Sin advertir llegó la soledad
Aquel varón que me brindara todo
Partió a la Eternidad.
Volví a ser la niña temerosa
Enfrentada la cruel adversidad
Una caña azotada por el viento
Una gota., temblando en el cristal.
Sumergida en vacío y en tinieblas
Sin un Puerto seguro al que llegar
Sin Norte y sin timón, buscaba a ciegas
Una salida para mi soledad.
Me refugié en los brazos de mis hijos
Reviví en cada nieto que nacía
Recogí la cosecha de cariño
De mis amores de toda la vida.
La música, los libros, la poesía
Llenaron los espacios de mis días
Y comprendí al final que no estoy sola
Que Dios está muy cerca de mi vida.

RIMAS A LA NATURALEZA
En la selva majestuosa, de susurros y destellos
Llena de parajes bellos y de rutilante paz,
Entre la espesa floresta, y las raíces añosas
Revuelan las mariposas tal belleza a contemplar.
Perfumando los senderos las orquídeas se estremecen
Y en altas ramas se mecen sus corolas de cristal.
Bordeando los senderos, los juncos unen sus tallos
Y muy lejanos los gallos se disponen a cantar.
Mientras abajo las ranas disfrutan de su croar.
Gorjean las aves ocultas que descansan en sus nidos
Y se escuchan los chillidos
De seres de la Creación,
Los que tienen en la selva
El hogar de su existencia,
Y la dicha de ser libres
Bajo los rayos del sol.
Entre las rocas el yurro
Se desliza rumoroso
Corriendo hacia el caudaloso
Río que ha de llevarle al mar.
Las hormiguitas arrieras,
Las serpientes coloridas
Los lobos en sus guaridas
Y la taltuza en su hueco, Dan un testimonio cierto
De la grandeza de Dios.


VISITANDO TORTUGUERO
Incrédulos mis ojos descubrieron
La majestuosa catedral antigua
Tan vieja para el mundo, y sin embargo
Nueva para los ojos que la miran-

Sobre un espejo de fulgores negros
Surge el follaje de la nave arbórea
En gótico esplendor las altas cúpulas
Las columnas fantásticas y enormes.

Urdimbre tejida en el sendero
Con hojas, lianas, palmas y bejucos
La claridad se cuela en el silencio
En comunión de sombras y de luces.

Aguas calmas. Espejos siderales
Reflejando la luz del universo,
Y solamente el canto de las aves
Interrumpiendo a veces el silencio.

Reptan creaturas sobre las lianas
Enormes piedras llenas de tortugas,
Árboles milenarios cubiertos de maleza
Y en las ramas se mueven las orugas.

Lenta va, navegando, la piragua
Nubes de mariposas, insectos y gusanos
Amenizan con cantos gregorianos
La virginal quietud de los arcanos.
Paraje bello en singular despliegue
La prístina belleza de tu Entorno.
Solaza el alma y nos regala paz.
Regalo formidable de la patria .
Que refleja de Dios la majestad.

MAR
Oh inmenso mar, espejo de la luna
Soberano señor de los arcanos
Amante de las costas y ensenadas
Que acaricias sutil entre tus manos.
Esas aguas azules y vibrantes
Que mansas parecieran de repente
Enfurecen de pronto y se levantan
Coronando de lágrimas tu frente.
Eterna fuente de agua embravecida
De cuya vibración nació la vida.
Olor acre a metales corroídos
En semen de natura convertidos.
En la profundidad de tus cavernas,
Pobladas de gigantes y de peces
Jardines de coral tejen tus sueños
De estrellas y medusas transparentes.
El pobre corazón del ser humano
Se llena de sentires encontrados
Temblando de terror en las tormentas
Se siente por tu furia amenazado.
Y ese humano, a pesar de su arrogancia
Al mirar tu grandeza se deslumbra
Frente a tu señorío y a tu belleza
Humilde se retira en la penumbra.
Eres prisionero eterno de esas rocas y corales
Del profundo acantilado en que tu cauce está preso
Prisionero de la playa a la que tus olas bañan
Prisionero para siempre, ese es tu destino crue.
Si te golpea el latigazo de la terrible tormenta
Y se levantan tus olas
Que ha batido el temporal
La angustiosa realidad
Es, que aunque tu fuerza es mucha
Es muy desigual la lucha
Y a cambio de eso tu estás, prisionero entre las rocas.

Provocas en los humanos
Sentimientos encontrados.
Temor, cuando amenazados
Esperan lluvia y ciclón
Admiración y temblor
Al contemplar tu belleza
Rey de la naturaleza,

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